jueves, 28 de mayo de 2009

Presencia del Miedo a la Ausencia

Dicen, y creo fervorosamente en ello, que uno no valora lo que tiene hasta que lo pierde. O bueno, hasta que está en riesgo de perderlo.
Cuando abrí el Blog, aclaré, especifiqué, limité y remarqué; que iba a evitar con el total de mis fuerzas psíquicas y motoras (porque escribir incluye el libre fluir que valoro, pero también la disposición a teclear), lo que llamé naivicismo, ese romanticismo excesivo y sin sentido. Pero claro, teniendo en cuenta las sabias palabras psicoanalíticas que sostienen que el romanticismo está ligado al amor frustrado, se complica. Prometo hacer todo mi esfuerzo (otra vez, psíquico y motor).
La presencia del miedo a la ausencia de ese significante, y con ello todo mi significado lanzado a la nada, causó esa sensación por demás horrible que produce el vacío. Y aún peor que el vacío, si es que hay algo en este nivel, la mismísima sensación que el tiempo y la persona paso y acá nada cambió. Acá nadie actuó.

Luego, al enfrentarse significante contra significante, primero surgió la agresión, la cual fue inmediatamente seguida por ganas locas de asegurar la existencia en coexistencia en tiempo y espacio, para dar paso finalmente a la tranquilidad y a la construcción de un tiempo y espacio nuevo donde, significante 1 y significante 2 estén relacionados.

Significante Faq busca a
Significante que ocupe la relación con el significado circundante

jueves, 14 de mayo de 2009

la lluvia en el frío

Nada mejor que esa caminata por las calles de la ciudad, con la noche (a las 19 hs) sobre uno, iluminando con oscuridad el camino.
La sensación de frío que cala nuestros abrigos, nuestra piel, músculos y huesos, hasta llegar a lo desconocido, pero que desde allí nos depierta algo. Algo que nos incentiva a la caminata más rápida, pero de mayor disfrute, de amplitud sensorial de las gotas chocando con nosotros, de los pasos resbalados por la acera mojada. Paraguas deambulantes, viento opositor, desastre preconcebido. Mejor guardar los techos móviles y entregarse a lo que la naturaleza nos regala. Porque estamos vivos y nos lo debemos, se lo debemos a ellos a los que este placer les está reservado. Pobres aquellos que viven en desiertos, pobres los de las zonas templadas, pobre de aquellos encerrados en moradas vacías de sentires. Yo vivo, yo siento, yo me mojo, yo me cago de frío para sentirme. Frío no está el que se encuentra atrapado por la parca, frío es lo que nos despierta, frío es el invierno, frío nos moviliza. Los pensamientos fluyen más rápido si los lubricamos con agua y frío. Las ideas se despiertan, y nos entregamos (debemos) a ellas.

Espero que el frío llegue para quedarse largo rato. Me sitúa en el camino exclusivo de apreciarlo, al lado del camino. Requiero de café, de camperas, bufanda, guantes, mates, comida potente en calorías, abrazos y sentires. Somos humanos, hagamos frente al frío con la capacidad de cooperación que tenemos para con nosotros.
Una taza caliente no se la niega a nadie, verdad? Enfrentemos al frío, con cariño.

domingo, 3 de mayo de 2009

continuamos

Manhattan
-1979-

Ya se q el objetivo de esta entrada era analizar el destino de la vida común. Pero, por supuesto, el señor Woody Allen me sorprendió en "Manhattan" y expuso:
"Nada que merezca saberse se entiende con la mente"
Demasiado interesante para continuar mi enunciado anterior. Y allí encontré una respuesta a mi estado de Pathos. Lo reductible a lo mental causa desesperación, esas estructuras propias del orden que impone el hombre comienzan a ceder, los cimientos se carcomen y caen por su propio peso. Todo aquello que no pasa precisamente por la mente, es lo singular de los humanos. "Pienso, luego existo"; las pelotas. Los sentimientos, las necesidades, las carencias, los espacios vacíos, las lagunas, la conexión, el amor, el más allá, la espiritualidad, entre otros sucesos; hacen del ser humano lo que es. No, como algunos piensan, lo mental, intelectual, el poder, el vocabulario, la belleza, la institucionalidad, los ritos, lo cotidiano, y demases; esos son sólo productos.


Un fin de semana con el Sr. Allen.
Mucho Gusto.

viernes, 1 de mayo de 2009

Una vez me referí a ellos como "manadas de manadas", que es, se podría decir, lo mismo a decir "mundo de mundos". Pero no fue así. "Manadas" porque somos complicados, enquilombados, con tantas cosas moviéndose en nuestro interior; y la reiteratividad está en la suma de las complicaciones, los quilombos y los movimientos internos con los del otro. Lo "endo" y lo "exo" juntos, de la mano, revolcados. Pero referido todo a lo animal por ese tema que algunos dicen instintivo, aunque me ocuparía más de la naturaleza de su género, su espíritu de vida, de ánima. ¿Acaso existe algo más complicado que el ser humano? Creo firmemente en que no, y que allí reside justamente su magia, su encanto. Quizás, el motivo de querer estudiarlo se basa en lo mismo, pero estudiarlo y conocerlo saliendo de ese análisis médico de tipo superficial y barato, que sólo se maneja en lo externo, no va a lo esencial.
Lo entiendo como manada, como mundo, como cebolla, como cajones entroncados cual mamushkas. En cada momento, toda la vida de alguien. Como dice Bernard Schlink a través de su protagonista en "El Lector": "Los estratos de nuestra vida reposan tan juntos los unos con los otros que en lo actual siempre advertimos la presencia de lo antiguo, y no como algo desechado y acabado, sino presente y vívido".
Este ser humano es el que todavía me queda defender, lo único que este estado de "Pathos" (tomado de Feinmann) no me puede quitar. Acepto la creación invenatda (por no decir social) de todo el resto: de las normas, lo cultural, la libertad, democracia, poder, estilo de vida, conservadurismo, etcéteras por millones. Pero la naturaleza única del hombre me sigue sorprendiendo, este junto con el arte, constituyen el refugio de mi nuevo estado. De mi estado actual. De los nuevos conflictos, devenidos en intelectuales.


Debo mi "Tratado sobre el Destino Cotidiano"