lunes, 7 de diciembre de 2009

Regreso.
Alguien alguna vez dijo que el buen arte se hacía desde el sufrimiento, que nadie que esté feliz y rebosante puede hacer buen arte. Consideremos estos escritos como arte. Los consideremos como buen arte. Gracias.

Millonadas de entradas fui capaz de crear en estos días. Hablando de todo. De presencias, ausencias, pérdidas y ganancias. En este enero me armo de un cuaderno y la picera, y quién dice en que termina todo: o la gran Alfonsina o el gran Borges (Dios me salve de ambos destinos!).

Porque tenía un cuadro en la pared, un cuadro que de la nada se cayó y fue historia. No nos preocupemos en lo que le sucedió al conjunto: marco-vidrio-imagen, sino en como quedó la pared. Denota, denuncia, testifica que algo falta. Los bordes oscuros limitan un área blanco ALA, la presencia de la ausencia -término que ya ha aparecido en este espacio-. ¿La pérdida? Cómo me asusta perderlo todo. Cómo me asusta no ganar nada más, y que de acá en más todo se vaya a pique.

Nostálgico.
PORQUE ME TRATAS TAN BIEN, ME TRATAS TAN MAL.

Y el puto libro "las horas", que no hizo otra cosa diferente a la película que dejarme con un mambo re copado. Re interesante. Fuente de miles de ideas sin sentido, sin fuente ni origen.
NO DEBERÍA CONTARLO, Y SIN EMBARGO. Porqué lo haría? Si.. ya se con que fines, no son buenos. Mejor no. ¿Y qué lo hago? ¿Cómo mierda se sublima eso?

Me agradezco el espacio catártico.