jueves, 14 de mayo de 2009

la lluvia en el frío

Nada mejor que esa caminata por las calles de la ciudad, con la noche (a las 19 hs) sobre uno, iluminando con oscuridad el camino.
La sensación de frío que cala nuestros abrigos, nuestra piel, músculos y huesos, hasta llegar a lo desconocido, pero que desde allí nos depierta algo. Algo que nos incentiva a la caminata más rápida, pero de mayor disfrute, de amplitud sensorial de las gotas chocando con nosotros, de los pasos resbalados por la acera mojada. Paraguas deambulantes, viento opositor, desastre preconcebido. Mejor guardar los techos móviles y entregarse a lo que la naturaleza nos regala. Porque estamos vivos y nos lo debemos, se lo debemos a ellos a los que este placer les está reservado. Pobres aquellos que viven en desiertos, pobres los de las zonas templadas, pobre de aquellos encerrados en moradas vacías de sentires. Yo vivo, yo siento, yo me mojo, yo me cago de frío para sentirme. Frío no está el que se encuentra atrapado por la parca, frío es lo que nos despierta, frío es el invierno, frío nos moviliza. Los pensamientos fluyen más rápido si los lubricamos con agua y frío. Las ideas se despiertan, y nos entregamos (debemos) a ellas.

Espero que el frío llegue para quedarse largo rato. Me sitúa en el camino exclusivo de apreciarlo, al lado del camino. Requiero de café, de camperas, bufanda, guantes, mates, comida potente en calorías, abrazos y sentires. Somos humanos, hagamos frente al frío con la capacidad de cooperación que tenemos para con nosotros.
Una taza caliente no se la niega a nadie, verdad? Enfrentemos al frío, con cariño.

No hay comentarios: